BANEAR

viernes, 3 de enero de 2014

Un paso fuera.

 Este lugar no tiene nada más para dar. Es hora de una mudanza.

 "Nada es peor que vivir sin arriesgar". Arriesgué, ya pasó.

 Puedes ver otra faceta de mí, una faceta diferente. Es tu elección. Buenas noches.

yo-este.blogspot.com.ar

viernes, 27 de diciembre de 2013

23, el fin.

Camino tranquilamente en El Lugar, sé a dónde voy.

Veo la puerta, luce bastante antigua, entro.
Un puente se conecta a una escalera de caracol en el cuadrado cuarto. La escalera baja varios metros y sube hasta que se pierde la vista. Las paredes están cubiertas uniformemente con cuadros muy exentricos y lujosos, cada uno tiene un retrato de cada persona que he conocido.

Busco un cuadro en especial, subo buscandolo hasta llegar a los últimos cuadros, no encuentro ese cuadro en especial.

Bajo. Busco la puerta. No está, en su lugar hasy una gran puerta roja en forma de corazón. Hay focos gastados y parpadeantes a su alrededor, escucho una lastimosa música que no puede seguir un tono uniforme. Cierro la puerta cuando ya he entrado.

Veo varios retratos en una habitación larga, las velas son lo único que ilumina el lugar.
El retrato que busco está cubierto de hielo, nunca había visto tanto hielo en los retratos.

El Sr. Hilf está ahí, a mis espaldas. Se estira y pregunta: "¿Te sientes un idiota por creer que te quería como tu creías?".
"Debo confesar que eso ya es pasado para mí. Ya no quiero más, ya he llegado a mi limite, ya he emprendido mi camino.
Este es el Adiós amigo" Replico.

"Haz lo que debas hacer" Dice mientras meto mi mano en el hielo y tomo el retrato.

Veo el retrato, ya no hay necesidad de derramar ninguna lagrima. Me doy media vuelta y lanzo el retrato a la cara del Sr. Hilf.
Ambos se rompen en mil pedazos.

Salgo por la puerta, en mi rostro no hay una sonrisa.
Sí la hay dentro mío, ya me he retirado de El Lugar.

La superación me abraza, el camino brilla y mi paso firme no se detendrá.

Dejo mis memorias aquí para quién se encuentre perdido. Dejo mi legado aquí, en El Lugar, para aquel que abra otra vez sus puertas.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Pasos

 Una cómoda habitación, hermosas pinturas en las paredes, temperatura ideal, me siento cómodo sobre esta alfombra. Hace frio afuera, aquí me siento seguro.

 Ella camina hacia mí, se sienta a mi lado en la alfombra.
 Un hogar ardiendo en la pared, que cliché.
 Ella ha preparado un pastel, “Feliz Felicidad Juntos” dicta el mismo.

 Yo sonrío y ella me besa. Caemos los dos a la alfombra y nos perdemos en nuestros sentimientos. La abrazo y la recorro con mis manos.

 Me besa apasionadamente y rasguña mi espalda, siento la sangre fluir. La adrenalina sube, me besa, recorre mi boca con su lengua y me quita la camisa. Está agujereada y manchada de sangre, la tira al hogar y me besa más.

 Beso su cuello, ella no me mira.
 ¿Arte, qué pasa?

 Tomo su rostro con mis manos, miro sus ojos. Algo no cuadra, no abre los ojos, no puedo ver su brillo.
 De hecho, no veo ningún brillo ¿Qué le pasa a su cabello?
 ¿Arte… tú eres Arte?

 Finalmente abre los ojos, no tiene color, tampoco su cabello.
 Clava sus uñas en mi espalda y suelto un grito. No me puedo mover. Su cara se cae a pedazos, su piel, su hermoso rostro.
 No debo llorar, ella no es ella, ella no es Arte.

 Me volteo, me pongo sobre ella y la tomo en mis brazos. Se ha caído a pedazos.

 No lo puedo creer, es ella, es Arte ¿Qué le ha pasado?

 Veo algo, al parecer sí hay algo en sus ojos, sí veo las sombras de Arte ¿Cómo fue que hice la vista gorda? ¿Cómo creí que ella no necesitaba mi mano para poder aclarar su vida? Al parecer Arte todavía no es lo que debe ser, lo que será.
 Es gracioso, ella es el primer paso de Arte, ella se levanta, quiere llegar al segundo paso, su rostro está  como antes.

 Veo color en sus ojos, veo color en su pelo. Su brillo es el de antes, veo color en su cuerpo, en sus piernas, en su sexo, en su estómago, veo su brillo otra vez.
 Yo sangro, tirado sobre mi espalda en un charco de mi propia sangre. Sigo vivo, muy vivo, Arte me mantiene vivo, su brillo.
 Ella, desnuda, camina hacia mí, se recuesta en mi pecho y dibuja un corazón sobre mi mejilla con mi propia sangre. Sabe que me mantiene vivo, sabe que me hace reír, qué imagen debemos estar dando.

 Su boca se abre, este es otro de esos momentos, cierro los ojos, solo quiero oír.
 Música: ¿Qué es el Arte?

 Tomo su mano, la conduzco a hacía su espejo enorme que hay en la habitación y me coloco detrás de ella ambos de cara al espejo.

 Tomo su pelo y beso su cuello, ella se revuelve de placer e intenta girar para besarme. Le digo que pare y que se quede quieta, que mire el espejo, que me deje responder su pregunta.

 La beso, no me dejo un lugar, puedo ver lo que ya sé, le gusta que la bese porque lo hago como sé que le gustará, como sé que sentirá todo eso que quiero que vea; me detengo a pensar, cuánto la quiero, es increíble, incompresible y casi inimaginable, aún así es muy real.

 Su mirada inquieta se queda fija en el espejo. Su pelo, sus hermosos ojos, su incomparable cuerpo, inimaginable y casi imposible, todo lo que siento dentro de mí, no puedo creer que sea posible, y yo; yo, ese nadie quién la ha besado, ese nadie que para ella escribía, yo.

 Yo ese que encuentra la belleza en Arte, el placer.

 El que encontró mayor felicidad al pararse en frente de ella, al mirarla y rozando sus labios con los míos, mirando sus ojos y tomándola suavemente de su rostro le dice:
“Todo lo que veo es Arte cuando estás a mi lado. Toda lo que eres me hace feliz; todo lo que representas; cada palabra que dices; cada momento me hace feliz. Y en la total sanidad y lucidez de mi mente quiero que lo sepas. Juntos somos felicidad. Juntos seremos todo lo que anhelábamos. Juntos seremos los protagonistas de esa vida feliz que tanto esperamos y tan conocemos. Juntos somos Arte, juntos somos la pintura anhelada, juntos el dolor es cosa del pasado.
Juntos el arte no se desvanecerá.”

Sus ojos se centran en mí, no mirándome, apreciándome. Las luces se apagan.

No puedo ver, no sé qué está pasando, no sé qué va a pasar.

Estoy asustado.

Estoy muy asustado.
Siento una mano tomando la mía, esos delicados dedos, la deliciosa sensación de sus ásperas palmas tocando mi mano. Estoy asustado pero aún asó soy feliz.

Soy feliz al sentir su mano tomando la mía.


Uno de sus besos, no le temo a la oscuridad. No le temo al porvenir.

viernes, 13 de diciembre de 2013

 Todavía no tengo palabras para mi mareo.

 Tiempo, tiempo, solo necesito más tiempo.

 Pronto, pronto, quizá lleguen las palabras pronto.

 Ya nos veremos dentro de poco, espero.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Música

 Creo haber escuchado algo, creo haber sentido algo, creo haber visto el fluir de Arte.

 ¿Cuándo había sentido esto? Cada vez que ella… Cada vez que ella… ¿Cada vez que ella qué? ¿Cómo lo hacía? ¿Por qué? ¿Quién le había concedido ese don?
 Simplemente abrió la boca y en mi interior solo había placer.

 Cada vez que ella estaba ahí, cada vez que abría la boca para… Cada vez que ella… Cada vez que ella hablaba mi corazón se paraba, mis vellos se erizaban y el placer recorría mi cuerpo, empezando por los oídos, bajando hasta cada una de mis extremidades y subiendo de nuevo hacía mi cabeza.
 Cada vez que ella hablaba Arte mostraba una de sus facetas, Música.

 Todas y cada una de las veces que ha hablado y yo la he oído fueron únicas, ahora mismo en mi mente puedo ver todas y cada una. Cada palabra, cada nota, cada acento, cada entonación, todo está ahí, donde ella dejó su marca.
 Ahí, en lo más adentro de mi ser. Ahí resuena su voz, ahí existe Música, ahí yo río y nunca lloro.

 Todas y cada una de las veces que ha hablado y yo la he oído están ahí. La primera, “Hola, soy Arte” y la última “Besos”. Cada sentimiento, sin importar cuál fuera, parece hacerme feliz de solo pensar que fue causado por su Música.




 Realmente no puedo creer cuán inexplicable es su Música para mí.




 Es única, como cada parte de Arte.

 Es sutil pero es imposible no percatarse de ella, su Música resalta sobre las demás.

 Su Música es la única que vale la pena aquí, ninguna se le parece y ninguna llegará a tener su lugar en mí.

 Su Música es lo único que me ha mantenido vivo desde que conocí a Arte.

 Su Música es la única razón por la que sonrío.

 No veo la hora de escuchar su Música otra vez, escucharla pegada a mi oído.

 No veo la hora de que su Música llegue a mí, no veo la hora de que a mi lado vuelva a decir: “Amor”.





No veo la hora de que, mientras me mira atentamente, diga “Que lindos ojos que tenés, quiero dibujarlos”.

Arte… ¿Juntos?

Música, por favor.

Necesito su Música.


Música, Arte, amor, por favor. 

Buscar Inspiración

 ¿Dónde está mi inspiración? ¿Dónde estás Arte?

 Mi mano no puede moverse, no sé qué decir. Necesito saber que mi esperanza vale. Necesito que el tiempo no me lastime. Necesitamos disfrutar cada minuto, por más pequeño que parezca. Necesitamos más minutos, yo la necesito.

 Los lienzos pintados siguen expuestos en mi habitación, ellos son uno con Arte.

 Arte disfruta, Arte ríe, Arte gime, Arte sonríe, Arte ya no llora.

 Solo el tiempo dictará nuestro futuro, anhelamos lo mejor y con esfuerzo lo logramos. Un beso de Arte, una mirada, otro beso, nadie más importa.

 Arte ha recibido mi corazón de buena gana y con mucho cuidado, ahora lo lleva junto al suyo ¿Por cuánto tiempo? Le he confiado mi corazón.

 Arte tiene raíces desconocidas para mí ¿Podré amarlas? ¿Podré algún día amarte, mi diosa Arte? ¿Podrás algún día comprender este perdido corazón? ¿Podrá este perdido corazón, dentro de su desorientación, orientar al tuyo? ¿Podrán nuestros corazones transitar este camino sin separarse?

 Estamos dispuestos a todo ¿Estamos preparados para todo? ¿Estoy listo para tomar su mano y andar? ¿Estoy listo para conocer a Arte?

 Arte no será más un misterio. Arte y mi mano, Arte y mi corazón. Arte y yo, aquí y ahora.

 Arte y yo, y que el tiempo diga lo demás.


lunes, 2 de diciembre de 2013

Ese día

  Había algo que destacó dentro de tanta belleza. Algo que me sacó de mi inmerso meditar de cómo se movía. Algo que superó a su sonrisa luego de cada beso, de cada palabra.


  En ese momento de placer ella me miró, su boca estaba seca y sus ojos centrados en los míos. Pude ver lo que tanto tardó en decir. Lo que guardó por mucho tiempo. Pude ver enteramente a su ser.
  El énfasis no recaía en la ternura de sus ojos, no recaía en sus colores y menos que nada en su linda sonrisa.
  Todo se trataba de que, quien estaba allí conmigo, era ella.
  Eran sus ojos los que me miraban con amor y deseo. Eran sus labios los que me besaban tan dulcemente. Era su pelo del que yo disfrutaba. Eran sus manos las que con las mías jugaban. Era su sexo junto al mío. Eran sus sentimientos besando a los míos. Y, cabe destacar, que eran nuestros anhelos los que ese día se unían. Eran nuestras vidas las que desde ese día dependerían de la del otro.


Cada cosa era la felicidad que deseábamos, la felicidad que en nuestro amor encontrábamos.